miércoles, 2 de abril de 2008

"Tu voz, que al tango lo emociona diciendo el puto y coma que nadie le canto"

Garganta Con arena
Ya ves,
el día no amanece,
"Polaco" Goyeneche,
cantame un tango más.
Ya vez,
la noche se hace larga,
tu vida tiene un karma,
cantar, siempre cantar.
Tu voz,
que al tango lo emociona,
diciendo el punto y coma
que nadie le cantó.
Con tu voz,
con duendes y fantasmas,
respira tu en el asma
de un viejo bandoneón.
Canta,
garganta con arena,
tu voz tiene la pena
que Malena no cantó.
Canta,
que Juarez te condena
al lastimar tu pena,
con su blanco bandoneón.
Canta,
la gente está aplaudiendo,
aunque te estes muriendo
no conocen tu dolor.
Canta,
que Troilo desde el cielo,
debajo de tu almohada,
un verso te dejó.
Cantor, de un tango algo insolente,
hiciste que a la gente le duela tu dolor.
Cantor, de un tango equilibrista,
más que cantor artista, con vicios de cantor.
Ya ves, a mi y a Buenos Aires,
nos falta siempre el aire
cuando no esta tu voz,
a vos, que tanto me enseñaste,
el día que cantaste conmigo una canción.
Canta,
garganta con arena,
tu voz tiene la pena
que Malena no cantó.

Canta,
que Troilo desde el cielo,
debajo de tu almohada,
un verso te dejó.

Mi buenos aires querido....

Mi Buenos Aires querido,
cuando yo te vuelva a ver
no habrá más pena ni olvido.

El farolito de la calle en que nací
fue el centinela de mis promesas de amor,
bajo su inquieta lucecita yo la vi
a mi pebeta luminosa como un sol.
Hoy que la suerte quiere que te vuelva a ver,
ciudad porteña de mi único querer,
y oigo la queja de un bandoneón
dentro del pecho pide rienda el corazón.

Mi Buenos Aires, tierra florida,
donde mi vida terminaré,
bajo tu amparo no hay desengaños,
vuelan los años, se olvida el dolor.
En caravana, los recuerdos pasan,
como una estela dulce de emoción.
Quiero que sepas que al evocarte
se van las penas del corazón.

La ventanita de mis calles de arrabal
donde sonríe una muchacha en flor;
quiero de nuevo hoy volver a contemplar
aquellos ojos que acarician al mirar.
En la cortada más maleva una canción
dice su ruego de coraje y pasión;
una promesa y un suspirar
borró una lágrima de pena aquel cantar.

(Coro)

Mi Buenos Aires querido,
cuando yo te vuelva a ver
no habrá más pena ni olvido.